Lo conoces como la voz de incontables documentales sobre la naturaleza, ¿pero sabías que Sir David Attenborough también revolucionó el juego del tenis? ¡Así es! El icónico presentador tuvo un papel fundamental en el cambio de color de las pelotas de tenis, del blanco al vibrante amarillo que vemos hoy en día.
A principios de la década de 1960, cuando la televisión en color apenas comenzaba a popularizarse, un joven David Attenborough, entonces ejecutivo de televisión de la BBC, tuvo una visión. Quería mostrar las maravillas de la transmisión en color con un gran evento deportivo, y puso su mirada en Wimbledon. Sabía que el torneo, con su drama e importancia nacional, cautivaría al público de una manera completamente nueva.
Solo había un problema: las tradicionales pelotas de tenis blancas a menudo eran difíciles de ver contra el césped de las pistas de Wimbledon, lo que dificultaba que los espectadores en casa siguieran la acción.
Siempre innovador, Attenborough propuso una solución después del Campeonato de Wimbledon de 1967: ¿por qué no usar pelotas fluorescentes de colores brillantes? Creía que esto las haría mucho más fáciles de ver en la pantalla, mejorando la experiencia visual para todos.
La Federación Internacional de Tenis (ITF) se tomó en serio su sugerencia e inició una investigación exhaustiva para encontrar el tono perfecto. Necesitaban un color que destacara tanto en televisores a color como en blanco y negro, y contra diversas superficies de juego.
Su investigación apuntó al amarillo fluorescente como la opción más visible. El cambio fue aprobado y, en poco tiempo, los jugadores comenzaron a servir pelotas de tenis de color amarillo óptico en lugar de las blancas.
Irónicamente, Wimbledon, el torneo que inspiró el cambio, fue el último en adoptar la pelota amarilla, aferrándose a la tradición hasta 1986.
Hoy en día, la pelota de tenis amarilla es un estándar universal en este deporte, utilizada en partidos profesionales y juegos casuales en todo el mundo. Y todo gracias a la visión y el ingenio de Sir David Attenborough, un hombre que no solo ha llevado las maravillas del mundo natural a nuestras pantallas, sino que también ha ayudado a dar forma a la manera en que experimentamos el tenis.